- Marta Arritokieta
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- 12 enero 2023
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«Quizás debí irme a Londres o China pero fui a Barcelona. Getxo. Y Ujué»
Porque a veces las novias se quitan los zapatos y se ponen alpargatas
Se baña a diario en el mar de Ondarreta. Aunque ha vvivido en Egia, antiguotarra es y su AM Biko Studio (un puñado de letras cargadas de historia personal…) está en el 2 de Juan de Garay, ni tan lejos del Yaku Nikkei, donde preparan ese pulpo antichuchero de muerte. Le gustan Los Pecos y Víctor Jara. La Joplin y la Pradera. Ama la acuarela, la seda, el yute, las telas recicladas, los apliques de flores. Ha trabajado de muchas cosas para poder pintar, hacer prendas, diseñar alpargatas para novias, seguir estudiando acuarela con un maestro sin igual, Armando Juez San Salvador. Se siente sostenible, se siente ‘Slow Fashion’ y acaba de realizar un curso de Goytaru, técnica de impresión de los pescadores japoneses.
– No sé qué hacer con este lío de referencias. Incluye hasta un ordenador Mac grande y redondo que compraste en los 90 a precio de vellón de oro.
– Verás, estudié en La Presentación. A los 18 años, cuando del diseño se hablaba más bien poco, yo decidí que quería estudiar… diseño. De moda. En Barcelona. Visto cómo ha ido evolucionando todo, acaso tendría que haberme ido también a Londres. O incluso a China. Pero me fui a Barcelona y allí tuve un excelente profesor de dibujo. No sé por qué intuí que el diseño gráfico y la computación iban a ser cruciales con el tiempo. Y ahí me tienes, en la Complutense siguiendo un curso de Diseño Gráfico aplicado al diseño de moda.
– Entiendo.. Y entonces te compraste el Macintosh.
– Ahí estás tú. Trabajé de todo para seguir pintando.Saqué niños, cuidé ancianos y hasta fui encargada de transporte escolar. Curré también en agencias de publicidad. Pero lo mío era pintar. Diseñar. Rematé los estudios en una escuela que ya no existe donde coincidí con Miriam Ocariz. Pintar, diseñar telas, retales…
– ¡Carnavales! Comparsa, una comparsa hecha, derecha, estructurada no sois pero con tantos en la cuadrilla, como si lo fuérais. Y tú, diseñando. Cuenta.
– Recuerdo el año que nos disfrazamos como una troupe circense. Para mi pareja, alta, delgada, imaginé el traje de Jack Skellington. ¿Conoces el personaje, el de ‘Pesadilla antes de Navidad’?
– ¡Le amo! El vero rey de Halloween que intenta repartir regalos la noche del 24.
– Yo cuidé a una señora. Al morir me dejó unas telas espléndidas. Mi, nuestro, Jack Skellington, además de con sombrero de copa alta iba vestido con un traje hecho con rasos que lo mismo tendrían 70 años. Cuando nos vestimos de indios, investigué sobre los diseños y cortes de las distintas tribus. Y las telas que usaban. Yo me hice un abrigo con una manta de lana. El año de ‘Grease’…
– Me da que no irías de Sandy.
– No. Me vestí de Betty Rizzo, la líder de las Pink Ladies. Se supone que es la ‘mala’ cuando en realidad, intrerpretada por Stocjkard Channing, solo resulta que es fuerte y menos mojigata que la Sandy de Olivia Newton John, de la que acaba siendo amiga. Recuerdo que para aquel año utilicé telas de tapicería, todos los retales que me guardaban unos tapiceros amigos que ya cerraron.
– ¿Entramos en el agua?
– ¿A la del mar o a la de la acuarela? Las dos me fascinan. La del mar me reconcilia cada mañana con la vida. La de la acuarela, tan huidiza, me ayuda a que mis pinturas, ideas y sedas tengan luz, movimiento, sensibilidad. He pintado y pinto al óleo pero no puedes usar aceite en una seda…
– ¿Ahora es cuando hablamos de Armando Juez San Salvador?
– Mi gran maestro…. Voy mucho a Ujue a seguir aprendiendo con él. Tiene unas acuarelas urbanas de Barcelona o Bilbao impresionantes. Quien entra en la acuarela ha de saber que debes fluir con el agua, respetar sus idas, venidas y fugas. Descubrirás que en acuarela el blanco no existe. Y a mí, me gustan los blancos.
– ¿Entonces?
– Usas el propio papel como ese blanco inexistente…
– Fantástico. Fantasmal incluso. ¿Y de ese papel saltamos al ‘blanca y radiante va la novia’ de la canción de Antonio Prieto?
– He empezado a colaborar con Tocados Oh, la sombrerería y más de la calle San Martín…
– Lo sé. He visto un kimono tuyo en el escaparate. No es tu primera colaboración con diseñadora/es de lujo. Comenzaste a lo grande, en el Museo Balenciaga.
– La de ahora es también una experiencia increíble. Llevo tiempo diseñando alpargatas. Con yute, telas pintadas, apliques florales. Pero con Oihana Hernaiz empiezo a hacer realidad otro sueño…
– ¿El de ser tope de sostenible?
– También pero eso, paso a paso y asumiendo contradicciones. Me refería al sueño de trabajar por encargo. De crear asumiendo que has de dejar de ser tú pero manteniendo tu toque. Sabiendo que unas alpargatas para novia son parte del sueño de alguien que se casa de blanco. Algún día meteré color. pero las primeras han sido blancas (hay tantos blancos… Aunque repito, el blanco es el no-color) y con muchas telas y adorno. Que cuando te quites tus zapatos de recién esposada y calces tus alpargatas sigas siendo la princesa que soñaste ser por un día.
Entrevista en el Diario Vasco
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